lunes, 1 de septiembre de 2014

A PROPÓSITO DEL ARTÍCULO INTENCIONADO DE SILVIA RIVERA

El artículo titulado Del MNR a Evo Morales: disyunciones del Estado Colonial, tiene varias aristas que me llevan a considerar una dura conclusión. Pero empiezo por las aristas que son importantes. No cabe duda que la represión a los indígenas del TIPNIS fue el error más grave, desde la perspectiva ideológica de este gobierno, que cometió con uno de los aliados más importantes del proceso: las tierras bajas organizadas. Y ese error se arrastra hasta ahora, como un elemento no resuelto sino postergado. Más allá de ese elemento importante, doña Silvia Rivera que vivió y comió de los proyectos rurales e indígenas toda su vida, hasta pelearse muchas veces de manera vergonzosa y públicamente, pues retrotrae históricas experiencias del movimientismo para comparar y anexar a su vocabulario, utilizando la lamentable ruptura con algunas comunidades el TIPNIS. Aquí conviene establecer algunos criterios básicos, para que se entienda de mejor manera la complejidad de las teorías del desarrollo, y de quiénes la defenestran o defienden. Todos desde el lugar que ocupamos como intelectuales o militantes de cualquier causa estructural o política.

En primer lugar debe quedar claramente establecido que el TIPNIS no es una región “virgen”, como intencionalmente se mostró en muchos medios de incomunicación. Personalmente conozco la región, y en ella la dura realidad le muestra a uno facetas terriblemente contradictorias hasta crueles. Esos hermanos, humanos como son, negocian con negociantes internacionales y nacionales todo lo que tienen: cueros de muchos animales, madera, arroz y cualquier producto que se pueda aprovechar. La corrupción es parte del cotidiano vivir, en menor y mayor escala. La prostitución es un componente poco considerado; pero parte de esas duras realidades. Como no la comercialización de estupefacientes todavía en menor escala. Es decir, la pobreza humillante que es herencia colonial y republicana, hace que dichos hermanos también sobrevivan como puedan, incluido los elementos más sórdidos y corruptos que les sirve para conseguir el pan de cada día. Y no son “angelitos” o santos ingredientes de unas comunidades vírgenes y cuidadores de su medio ambiente. Esos elementos de selvas vírgenes vienen más bien de instituciones, como ONGs, que trabajan en la región. No tanto idea de los comunarios. Lo que no quiere decir que, como en todas las comunidades, no tengan culturalmente aquellos componentes grupales de cuidado del entorno, de su medio y su sobrevivencia.

Por supuesto que la enorme y compleja contradicción actual entre DESARROLLO Y DESTRUCCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE, nos pone en la disyuntiva de qué hacer. El llamado desarrollo es destrucción del medio ambiente, no hay otra manera de desarrollar o progresar, es destruyendo el medio ambiente. Pero muchas veces es un callejón sin salida cuando países como Bolivia necesitan procesos de desarrollo, precisamente para lograr ciertos niveles de economía de consumo o mejoras en la calidad de vida. Los países del norte industrial, tuvieron que destruir el mundo entero, para otorgar alta calidad de vida a sus poblaciones. Hoy ya no es posible y es insostenible ese progreso; aunque no hay todavía alternativas gigantes. Nuestro país es uno de los más desvertebrados del mundo. Es decir poco vertebrados en carreteras de buen nivel, con estándares internacionales. Ese aspecto dificulta enormemente la comunicación y el traslado de productos, para la comercialización y el desarrollo de regiones enteras. Sin carreteras es imposible hablar de desarrollo y progreso. Es imposible lograr mercados internos y circulación de mercancías. Es imposible lograr articulaciones mercantiles y competencia comercial. Bolivia no puede darse el lujo de no contar con carreteras para su mediano desarrollo. Todos los países que han conquistado su desarrollo, han construido enormes carreteras y ferrocarriles en primer lugar. Todavía hoy, Bolivia apenas tiene un 20% de carreteras pavimentadas y en buen estado. Cuando los países vecinos ya llegan al 70% de carreteras competitivas y pavimentadas. Incluso el enorme Brasil. Que eso tiene muchas veces colaterales medio ambientales es cierto, es el riesgo. A pesar de contar ahora con aspectos de cuidados del medio ambiente, los riesgos siguen siendo fuertes.

La última consideración importante es política. Y retomo la contradicción explicada brillantemente por la sociología alemana: lo real politik. Es decir, una cosa es la política real; y otra la política ideal. Eso tiene que saberlo la señora Rivera. Es socióloga. No estoy justificando ni diciendo que una cosa es hablar y otra actuar. De ninguna manera. Sino que la complejidad de las articulaciones políticas, muchas veces hacen que se tenga que actuar no precisamente al pie de la letra de la política ideal: otra cosa es con guitarra. Por ejemplo, he visto personalmente en Cochabamba que quiénes apoyaban al TIPNIS, eran personalidades ligadas a la derecha y ultraderecha en contra del MAS. No eran precisamente personan conscientes o solidarias con las comunidades del TIPNIS, o motivadas por causas nobles y ecológicas. Lo hacían por odio racista al MAS. Es decir, a la hora de enarbolar una causa debemos tomar todos los aspectos o ingredientes claves que hacen a ese fenómeno. No solamente un aspecto, por muy importante que sea,  queda corto o malintencionado a la hora de las conclusiones. En este caso la señora Rivera abstrae lo colonial solamente, sin tomar en cuenta los demás elementos complejos, como también importantes.

En conclusión, pues no es novedad lo que dice la señora Rivera. Varios intelectuales resentidos en unos casos, y en sectores de la oposición, hace tiempo que señalan los mismos ingredientes comparativos entre el MNR y el MAS, incluso hacen análisis forzados para que los parecidos sean realmente “igualitos”. No encuentro mayores novedades o aportes al respecto, sino en el tema colonial y su crítica a las élites gobernantes con su congénita inutilidad en la conducción del Estado. Lo demás son consideraciones ya repetitivas desde hace 5 años.

                                                                                            La Paz, 25 de agosto de 2014.



No hay comentarios:

Publicar un comentario