Max Murillo Mendoza
Eurocentrismo a todo dar.
Qué duda cabe: todos los referentes científicos y sociales son euro céntricos. Esa enfermedad social de nuestras ciencias sociales, es la peor herencia que por fin empieza a derrumbarse por obra de sus propios creadores: los europeos. Sus nuevos enfoques reconocen esa forma cruelmente imperial, que su insostenibilidad en su propio patio empuja a sus pensadores a crear otros imaginarios más plurales, menos imperiales y más respetuosos. Nuestras universidades son tan caducas y atrasadas que sólo copian, imitan y grotescamente repiten lo que dice el euro centrismo. Nada raro que las creaciones más creativas y puras se las haga fuera de las aulas universitarias. Felizmente las nuevas tecnologías permiten una socialización de esos trabajos realmente científicos, no ideológicos y dogmáticos como los trabajos de copia y repetición burda de las universidades.
Por supuesto que debemos reconocer las sistematizaciones enormes, científicas y tecnológicas de los avances en el pensamiento euro céntrico. Son esas bases greco latinas, perfeccionadas y profundizadas en el siglo XX, también bases en nuestras propias reflexiones. Pero la dependencia enfermiza y ciega, no es la consejera más ideal. Aunque esa es otra historia.
Pensar con sentido propio: es el sueño de la verdadera ciencia. Porque las ciencias han nacido para dar respuesta a distintas realidades. La economía nació para dar respuesta y reflexiones a realidades mercantiles como la europea. La filosofía occidental nació para dar respuestas a preguntas nacidas en la realidad de Grecia. Las historias posteriores del colonialismo consistieron en la imposición cultural de esas ciencias, en otras realidades. En términos científicos fue un proceso ideológico. Por eso los profesionales de estos lados del mundo, ven a estas ciencias como a la propia biblia: las verdades absolutas, es decir con visiones absolutamente anticientíficas. No pueden pensar en otras posibilidades, en otras realidades. Es decir científicamente. Esos parámetros de las ciencias euro céntricas se piensan como dogmas: no se pueden salir de esos esquemas, salir es delito y pecado.
Estado y Estados del Bienestar:
El Estado es invención ciertamente europea. Que se moldea y configura en más o menos 1.000 años. Durante la edad media ya empieza su desarrollo, desde lo europeo. Pero es preciso decir que en otras culturas y civilizaciones, existían otro tipo de Estados que convivieron durante miles de años con sus poblaciones. China, La India o las civilizaciones amerindias cuentan con miles de años de antigüedad, en cuanto a Estados sofisticados y funcionales. Cuando florece la modernidad, el año 1.492, el primer estado moderno que era España, exporta dicho modelo al mundo entero. Esa invención europea se impone por la violencia y el saqueo a las realidades distintas del mundo. De eso la literatura es amplia y variada. Después de España vendrán otros imperios como Francia, Inglaterra, Holanda, Portugal y otros. Imponiendo la misma lógica social y económica, allá por donde llegaban sus poderes.
El Estado del Bienestar se inventa después de la tragedia de la segunda guerra mundial. Los cultos y educados europeos se destruyeron como cavernarios en las guerras mundiales. Sus hipocresías cultas no les sirvieron de mucho a la hora de negociar: prefieren la guerra y la muerte. Pero esos sueños de los Estados del Bienestar han sido construidos sobre la base de la explotación económica mundial. Mientras ellos contaminan el planeta y viven en estándares altos, el sur del mundo por obra de esos mismos gestos no puede elegir sus propios tipos de Estados. Eso es el famoso Estado del Bienestar. Hoy se destruyen por obra de su propio peso. Ese modelito de exportación ya no es más un referente a copiar. Todo lo contrario, ni siquiera sus propios economistas quieren saber de ese modelo. Que en apariencia era el sueño mismo de la humanidad; la realidad ha sido otra: una artificial forma de vida, insostenible y engañosa. El despertar de ese sueño no es agradable por cierto. En lo que se refiere a nuestras realidades, esa ciencia económica nunca entendió el tipo de economía que teníamos por estas realidades. Modernamente, se las llama a nuestras economías no formales occidentales “economías informales”. Ante la falta de lecturas científicas, prefieren por flojera mental llamarla economía informal. Antes llamaban economías atrasadas, o campesinas, etc. Muy pocos científicos gringos se preguntaron científicamente sobre nuestras economías. Como Dominiq Temple (Las Teorías de La Reciprocidad). Este francés hace un doctorado en Bolivia explicando a los europeos sobre nuestras distintas economías, nada tienen que ver con las economías mercantiles europeas.
Es decir, otra vez nos encontramos a propósito de la economía con las reflexiones de copia y remedo: el espejo es lo europeo o gringo. Como verdades absolutas y dogmas absolutos. No es posible pensar en otras variantes, en otras realidades y otras maneras de hacer economía. En Japón y Corea del Sur (que tuve la suerte de visitar), también tienen otros tipos de economía; pero han logrado mezclar, hacer alquimia con la economía occidental de manera brillante a pesar de sus riesgos (contaminación ambiental). Los modelos están bien para estudiarlos, quizás para recomendarlos; no para copiarlos acríticamente. En eso ya hay experiencia mundial: las copias nunca funcionan.
La psicología y las ciencias sociales son también creaciones de realidades propias. Distintas y absolutamente ajenas. Si bien hay parecidos o posibles formas de funcionalidad global, general, no deben ser tomadas en cuenta como verdades cerradas. La falta de centros de investigación de alto nivel, en Bolivia, ciertamente afectan en los resultados: no contamos con información realmente científica. Sólo copias y reflexiones de textos importados. Esos esquemas de las ciencias sociales, no se han probado en Bolivia, sino muy excepcionalmente con científicos gringos. Dicho de otra manera: la ciencia es sólo unos anteojos construidos. Y desde esos anteojos se mira y se analiza una determinada realidad. Se trata de inventar esos anteojos, esos esquemas mentales para leer las realidades. Sólo eso es ciencia, en términos sencillos. Por estos lados del mundo, muy poco se hace ciencia sino ideología o religión: se cree que son verdades absolutas, además copiadas al pie de la letra de las fórmulas eurocéntricas. Acríticamente y sin sentido científico. Por supuesto que todo fenómeno que no entra en esos esquemas se convierte en atrasado, no desarrollado, no científico. Y eso es dogmatismo poco científico.
La Educación:
La Educación es sólo transmisión de valores y conocimientos, que interactúan en función de una determinada realidad. El tema es: qué son los valores? Otra vez, por estas realidades se copia los valores de las tradiciones occidentales, sin saber siquiera qué de contenido tienen esos valores, qué de contenido cultural. Por eso el fracaso de las clases altas en Bolivia, por sus torpes formas de copiar modelos éticos ajenos, e intentar imponer en culturas donde nunca han funcionado. Y en educación esos valores deben quedar claramente establecidos. Los conocimientos pueden ser los occidentales y los nuestros, ahí debemos ser muy prácticos e inteligentes. La matemática y la tecnología ya no tienen dueños, son universales. Pero en las ciencias sociales todavía podemos discutir y pelear por un rincón de la torta. Como en la literatura.
La autoestima tiene mucho que ver con la identidad cultural. Un humano sin identidad cultural está enajenado y no es dueño de sí mismo. Es esclavo. Alienado e imitador de otras culturas. De eso tenemos a montones por la pésima educación del sistema. La falta de identidad cultural debilita un país. Porque sólo tiene parias sin identidad cultural, o disimulando con el llamado mestizaje. Que sólo debilitan las riquezas culturales de un país. Eso hemos aprendido del nacionalismo alemán: una nación sólo es posible construir con culturas propias y genuinas. En el caso alemán eran los arios, como lo más puro culturalmente, con sus propios dioses, sus propias costumbres y raza. Gracias al nacionalismo alemán, sabemos que la autoestima es identidad cultural.
Y esos asuntos de desarrollo humano, tienen mucho que ver con las oportunidades que una sociedad otorga a sus habitantes. Que es la herencia más interesante del pensamiento liberal de occidente. En nuestro caso, lamentablemente la gran mayoría de la población está marginada de esos beneficios del conocimiento y las oportunidades. Y los que tienen acceso al conocimiento, desconocen del tipo de país que es. A futuro, el Estado tiene que otorgar oportunidades máximas a nuestras sociedades, sólo así se puede construir democracia inclusiva. Más eficaces y menos mediocres como es hoy. La competencia es sana cuando todos tienen las mismas oportunidades, y no sólo unos pocos antidemocráticamente. A mayor acceso al conocimiento y a la economía, mayor y mejor desarrollo humano. Más democracia liberal. Menos cupular y mediocre.
La Paz, 1 de septiembre de 2014.
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