viernes, 31 de octubre de 2014

EDUCACIÓN, VALORES Y DISEÑO CURRICULAR

                                                                                                           Max Murillo Mendoza.

La lectura de Zagalza sobre el Diseño Curricular, pone en cuestión las complejidades y exámenes que los educadores deben pasar para concretizar sus planes, programas y estrategias educativas, para conseguir sus fines últimos: educar. Como dice el autor mencionado, no es suficiente con un listado de intencionalidades ni buenas nociones de educación, hay que considerar varios factores clave para lograr dichos fines educativos. En esta línea, la pregunta más importante sigue siendo el termómetro clásico antes de definir estructuras objetivas y didácticas del quehacer educativo: qué es educar? Por increíble que parezca esta pregunta es también una paradoja, porque a pesar de los siglos en cuestión sigue siendo tan actual como antes. Durante mucho tiempo, quizás siglos, se entendió y comprendió que educar era transmitir conocimientos, corrientes de enfoques alrededor de conocimientos. Esa transmisión definía la calidad y los resultados en sí mismos, de hecho las clases altas de sociedades ya estructuradas, como en Europa, dependía de esa transmisión de conocimientos para el mantenimiento de su poder y linaje. Y durante muchos siglos esa transmisión de conocimientos estaba previsto y aceptado que sólo era patrimonio de las clases pudientes, altas, realezas y señoriales. Es decir para muy pocos. A lo largo de los siglos, sobre todo después de la revolución francesa, cambiaron los imaginarios de lo que era educar. Ese derecho antes restringido a unas cuantas personas, se convertía en patrimonio de las mayorías. En una espectativa realmente más democrática. Entonces cambiaron las percepciones de lo educativo, los objetivos y las mismas preguntas al respecto. Nuevas corrientes y concepciones sobre las sociedades, empujaron considerablemente a cambiar las consideraciones sobre la educación. Ideologías, políticas, pensamientos sociales más inclinados a la democratización de la información, se impregnaron en las nuevas corrientes educativas, en las nuevas teorías sobre la educación.

Temas técnicos operativos.-

Según Zabalza, M. Schiro analiza en los temas de enfoques y contenidos, como los temas de modelos curriculares. Se sitúa en dos llamados polos: por un lado centrado en las materias como los contenidos del aprendizaje; y por el otro centrado en las subjetividades del alumno. El en primer polo básicamente se concentra en las materias, en los contenidos o sea en el Programa. Al mismo tiempo en este enfoque, se dividen en dos posiciones: perennialistas y esencialistas. Considera el autor que estos elementos son fundamentales en la construcción de la curricula.

En el otro enfoque centrado en el alumno o niño, es también espontaneista, humanista. Surgió con cierta fuerza en los años 60 del anterior siglo, después del famoso mayo del 68 francés y europeo. La importancia en este enfoque está delineada por las intensas actividades, pero en el fondo de una cierta tradición romántica. Probablemente por temas de resultados, muchos de los países que adoptaron este enfoque ya lo abandonaron. Por ejemplo Italia. Los críticos de este enfoque insisten en que no se puede avanzar sin objetivos claros, y dejar más o menos al azar los contenidos en el proceso. Sobre todo dejar en manos de los alumnos algunas decisiones importantes, o contenidos.

Existe también una línea de escuela crítica, que tiene mucho que ver con aspectos de lo que se llama conciencia social. Autores como Makarenko, Freire o la llamada escuela Barbiana, devienen de esta escuela. Makarenko respondió a una realidad concreta después de la revolución rusa, y se propuso educar a niños y jóvenes huérfanos, delincuentes y abandonados. Aspectos que están descritos en la famosa obra Poema Pedagógico. Muchos de esos alumnos llegaron a ser científicos, escritores, poetas, ingenieros, militares y educadores. Fue una proeza importante, y ejemplo para muchas realidades del mundo. En Bolivia se generó una copia a su manera con la experiencia Juan 23, de jesuitas, en la ciudad de Cochabamba. De manera teórica el educador brasileño Paulo Freire, sistematizó ideas importantes de esta escuela.

El autor nos ayuda didácticamente con el concepto de qué son los contenidos: según Wulf y Schave los contenidos son las actividades de aprendizaje entrelazadas entre sí. Pero es además un espacio de toma de decisiones para todo el proceso de educación. En dicho proceso se debe seleccionar las actividades, la preparación de la selección. Identificación de los temas axiales (valores y visiones sobre los valores), para terminar con el proceso experiencial. Hay unos criterios básicos que debemos considerar. Criterios de representatividad, criterios de ejemplaridad. Luego viene la secuenciación.

La secuenciación es el ejercicio de ordenar los contenidos. En función de ese orden tendremos como resultados cuantitativos o cualitativos, de aprendizajes. Hay secuencias simples o lineales y secuencias complejas. Al interior de dichas características hay subdivisiones que se tienen técnicamente que considerar. El siguiente paso es la estructuración funcional, es decir el ensamblaje general de los contenidos o como incorporarlos a la estructura del proceso didáctico. Este paso es el arte de articular todos los mecanismos posibles, para la secuencia de las actividades y sus conexiones con el todo. Con todo, nos dice Zabalza, los temas emblemáticos de ciencia, objetividad, resultados están regresando con fuerza y que vuelven a definir, de alguna manera, las tendencias de los procesos educativos. Las tareas, como lo cotidiano, tienen la importancia debida en estas tendencias de lo objetivo y los resultados cuantitativos y cualitativos. En cierto sentido es el regreso a la educación clásica; aunque con nuevos condimentos, más actualizados y con materiales nuevos.

La educación como el instrumento más importante de todas las sociedades, está estrictamente ligado a los valores, sean estos universales o regionales. En los últimos años, los temas de valores están saliendo a flote por todo el mundo, por la crisis mundial de identidad y precisamente de valores. En países ricos y pobres los valores son constantes que ponen en jaque a los sistemas educativos. El crecimiento de la delincuencia y las redes de mafias por todo el mundo, y la participación cada vez más abrumadora de los jóvenes, ponen en cuestión a los sistemas educativos. Y por esta urgencia y emergencia, se debaten en todas las sociedades lo que tiene que hacer la educación para frenar, mediante la educación en valores, la creciente delincuencia en el mundo. Pero la crisis  mundial de valores, empuja también a cuestionar todo lo que conocemos como tradición: familia, comunidad, escuela y sociedad. Hoy en muchas sociedades avanzadas, la familia ya no es el núcleo más importante, porque otras maneras de ver han surgido con fuerza: homosexualidad y lesbianismo. Otras maneras de organización social y de comunidad. Definitivamente está en cuestión todo lo que fue tradicional y normal. Entonces, todavía más los temas de valores tienen vigencia de urgencia. Es urgente encontrar, o volver a encontrar, los caminos educativos y encuentros pedagógicos entre la enseñanza de los valores y los sistemas educativos. El Dr. Aranda plantea en su texto los desafíos complejos, y los posibles caminos que se deben tomar, los riesgos son los que han estado en todos los tiempos, y en todas las mentalidades de todos los tiempos.

Todos los tiempos han sido complejos. En estos tiempos que vivimos no debería extrañarnos que nuestros desafíos, en cierta manera, son  los mismos de todos los tiempos. Y los sistemas de valores seguirán siendo la columna vertebral, para que las sociedades sigan soñando.


                                                                                              La Paz, octubre de 2014.

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