sábado, 18 de octubre de 2014

BOLIVIA Y LOS NUEVOS LIDERAZGOS


                                                                                               Max Murillo Mendoza.

Estos procesos de cambio, son movimientos tectónicos sociales de profundos impactos que están poniendo en tela de juicio muchas cosas clásicas inservibles para nuestras realidades. Muchos mitos se están muriendo por fin, dando lugar a lo verdadero: a lo que realmente pertenece desde lo antropológico y sociológico a Bolivia. Clásicamente se sabía y se suponía, por ejemplo, que la iglesia católica formaba a los liderazgos desde siempre. En cierto sentido si. Muchos dictadores civiles y militares de clases altas y oligarquías patronales fueron educados en colegios, clasistas, de alta alcurnia por la iglesia católica. En general la burguesía nativa y la pequeño burguesía han sido educadas por la iglesia católica. Las características de ese tipo de educación son claras: racistas y sin sentido de proyecto estatal. Y los supuestos proyectos alternativos de iglesia, terminaron en un rotundo fracaso existencial: alienados, pro occidentales acríticos, en muchos casos increíblemente anti indígenas siendo que sus orígenes fueron indígenas, oportunistas por razones de pobreza, y también sin ningún sentido estatal, o proyecto político posible. Los resultados son demasiado pobres y sin ningún impacto social o nacional. Las preguntas salen a flote inmediatamente. ¿Por qué la iglesia fracasó en Bolivia? Desde las perspectivas pastorales o religiosas su fracaso ya ha sido investigado. Al final la iglesia católica, ante ese fracaso, se convirtió en una ONG gigante de desarrollo. Tapar el fracaso con proyectos de desarrollo era inteligente a pesar de todo. Desde las perspectivas de formación ideológica y política, existen pocas investigaciones porque las respuestas son claramente evidentes: no hay liderazgos nuevos. Lo que queda en las clases altas es raquítica y enterrada con el actual proceso social. En las clases bajas o populares el fracaso es contundente. Alienación, inexistencia de identidad política, marginación social, destrucción familiar, y camaleonismo político marginal. Siguiendo la ruta normal: las excepciones confirman la regla general.

Los liderazgos en Bolivia surgieron del mismo empuje social y costumbrista. Es decir, las regiones y las comunidades recrean a sus líderes cuando son necesarios. Y otra vez, las estructuras académicas y estructuras eclesiales quedan al margen de estas realidades. Hoy la iglesia católica está en la otra vereda, porque la realidad así lo exige. Lo que no pertenece a nuestras realidades es lógico que debe empezar a morirse, o podrirse. La iglesia católica nunca fue capaz de entender a nuestras mentalidades. Consideró suficiente el filtro de la religión y la compasión para acercarse a  nuestras mentalidades. Gesto que sabemos hoy no fue suficiente. Los discípulos, incluso los más abanderados de los sacrificios por los demás, han quedado parqueados en los deseos pasados de la hermandad y el sentimentalismo; sin entender en nada sobre nuestras necesidades. En las experiencias alternativas, los alumnos extraídos de lugares pobres (minas, campo y periferias citadinas) se han estancado en la alienación más fascinante. Existen historias de desclasamientos terribles y abandono de las tradiciones familiares y comunitarias, pues la pobreza ha sido una carga demasiado pesada en esas cabecitas occidentalizadas, y en busca de progreso a como dé lugar. Esas razones son suficientes para la ausencia de líderes eclesiales: de los hijos de dichas experiencias.
La generación de nuevos liderazgos, con enfoques nacionalistas étnicos, es urgente. Requerimos líderes a la altura de los nuevos acontecimientos nacionales y mundiales. Con entendimientos de los nuevos códigos cuánticos, holísticos y pluridimensionales. Las mentalidades coloniales eclesiales, que son las más fuertes y resistentes, sean de izquierda o derecha es lo mismo, son el principal escollo de resistencia en estos momentos. Inconscientes o conscientes mimetizados en ongs, partidos tradicionales, fundaciones y sistemas educativos eclesiásticos, son nomás los hijos de la contra reforma, es decir de lo más atrasado que haya como pensamiento y visión para una Bolivia nueva. Hijos eclesiales sin identidad, sin nación, sin identificación con lo cultural: amorfos, dizque mestizos blancoides, es decir sin raíces culturales. Lo moderno lo tienen como ideología de campaña; aunque no sean modernos en sentido filosófico. Aún así ya son obsoletos en pensamientos y propuestas. No podemos contar con ellos en los desafíos que tenemos en adelante. Felizmente la movilidad social en las comunidades rurales están resolviendo estas necesidades, porque depender de acciones ajenas fue lo más pervertido y equivocado. No podemos depender de nadie, sino de nuestras propias fuerzas. La generación de nuevos liderazgos es realmente una tarea urgente a no descuidar, esta vez desde las acciones del Estado en construcción, como debería haber sido siempre.

Las estructuras educativas como Universidades Indígenas, escuelas y colegios en estos nuevos tiempos, tienen que tener el sello de generación de nuevos liderazgos. Nuevas mentalidades urgentes, como sangre y sabia de los tiempos que recorremos. Se tiene que construir escuelas de líderes, en las provincias, comunidades y ciudades. No sólo es posible sino urgente. La muerte lenta de las mentalidades eclesiales y no eclesiales de la república, nos impide avanzar y ser más agresivos. Debemos acompañar con celeridad a los pasos de las comunidades y naciones, que están corriendo más rápido que la modernidad, ya obsoleta y arcaica de la colonia y república. Y eso es actitud, actitud de las nuevas mentalidades post- capitalistas. Incluso en nuestros ministerios tendríamos que tener escuelas de liderazgos con las nuevas propuestas de Estado. Pues sí, cuanto más nos pongamos en campaña en este crucial tema de los nuevos liderazgos, más consolidaremos y regaremos nuestras raíces milenarias.

Este cambio de generaciones requiere de enormes complementos y esfuerzos en la generación de nuevos líderes,  que superen a las mentalidades arcaicas y obsoletas de la modernidad eclesial. Pintores, poetas, escritores, escultores, muralistas, científicos y matemáticos de las nuevas propuestas del Estado en construcción. Lo holístico, lo cuántico, lo plurinacional, lo multicultural en sentido real y económico. Aspectos ausentes en las anteriores mentalidades de la república. Desafíos educativos enormes, a la altura de lo que está aconteciendo con los movimientos tectónicos de nuestra historia. Pacha: nuestro futuro es nuestro pasado.


                                                                                 La Paz, 11 de octubre de 2014.

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