Max Murillo Mendoza.
Estos procesos de cambio, son movimientos tectónicos sociales de
profundos impactos que están poniendo en tela de juicio muchas cosas clásicas
inservibles para nuestras realidades. Muchos mitos se están muriendo por fin,
dando lugar a lo verdadero: a lo que realmente pertenece desde lo antropológico
y sociológico a Bolivia. Clásicamente se sabía y se suponía, por ejemplo, que
la iglesia católica formaba a los liderazgos desde siempre. En cierto sentido
si. Muchos dictadores civiles y militares de clases altas y oligarquías
patronales fueron educados en colegios, clasistas, de alta alcurnia por la
iglesia católica. En general la burguesía nativa y la pequeño burguesía han
sido educadas por la iglesia católica. Las características de ese tipo de
educación son claras: racistas y sin sentido de proyecto estatal. Y los
supuestos proyectos alternativos de iglesia, terminaron en un rotundo fracaso
existencial: alienados, pro occidentales acríticos, en muchos casos
increíblemente anti indígenas siendo que sus orígenes fueron indígenas,
oportunistas por razones de pobreza, y también sin ningún sentido estatal, o
proyecto político posible. Los resultados son demasiado pobres y sin ningún
impacto social o nacional. Las preguntas salen a flote inmediatamente. ¿Por qué
la iglesia fracasó en Bolivia? Desde las perspectivas pastorales o religiosas
su fracaso ya ha sido investigado. Al final la iglesia católica, ante ese
fracaso, se convirtió en una ONG gigante de desarrollo. Tapar el fracaso con
proyectos de desarrollo era inteligente a pesar de todo. Desde las perspectivas
de formación ideológica y política, existen pocas investigaciones porque las
respuestas son claramente evidentes: no hay liderazgos nuevos. Lo que queda en
las clases altas es raquítica y enterrada con el actual proceso social. En las
clases bajas o populares el fracaso es contundente. Alienación, inexistencia de
identidad política, marginación social, destrucción familiar, y camaleonismo
político marginal. Siguiendo la ruta normal: las excepciones confirman la regla
general.
Los liderazgos en Bolivia surgieron del mismo empuje social y
costumbrista. Es decir, las regiones y las comunidades recrean a sus líderes
cuando son necesarios. Y otra vez, las estructuras académicas y estructuras
eclesiales quedan al margen de estas realidades. Hoy la iglesia católica está
en la otra vereda, porque la realidad así lo exige. Lo que no pertenece a
nuestras realidades es lógico que debe empezar a morirse, o podrirse. La
iglesia católica nunca fue capaz de entender a nuestras mentalidades. Consideró
suficiente el filtro de la religión y la compasión para acercarse a nuestras mentalidades. Gesto que sabemos hoy
no fue suficiente. Los discípulos, incluso los más abanderados de los
sacrificios por los demás, han quedado parqueados en los deseos pasados de la
hermandad y el sentimentalismo; sin entender en nada sobre nuestras
necesidades. En las experiencias alternativas, los alumnos extraídos de lugares
pobres (minas, campo y periferias citadinas) se han estancado en la alienación
más fascinante. Existen historias de desclasamientos terribles y abandono de
las tradiciones familiares y comunitarias, pues la pobreza ha sido una carga
demasiado pesada en esas cabecitas occidentalizadas, y en busca de progreso a
como dé lugar. Esas razones son suficientes para la ausencia de líderes eclesiales:
de los hijos de dichas experiencias.
La generación de nuevos liderazgos, con enfoques nacionalistas
étnicos, es urgente. Requerimos líderes a la altura de los nuevos
acontecimientos nacionales y mundiales. Con entendimientos de los nuevos códigos
cuánticos, holísticos y pluridimensionales. Las mentalidades coloniales
eclesiales, que son las más fuertes y resistentes, sean de izquierda o derecha
es lo mismo, son el principal escollo de resistencia en estos momentos.
Inconscientes o conscientes mimetizados en ongs, partidos tradicionales,
fundaciones y sistemas educativos eclesiásticos, son nomás los hijos de la
contra reforma, es decir de lo más atrasado que haya como pensamiento y visión
para una Bolivia nueva. Hijos eclesiales sin identidad, sin nación, sin
identificación con lo cultural: amorfos, dizque mestizos blancoides, es decir
sin raíces culturales. Lo moderno lo tienen como ideología de campaña; aunque
no sean modernos en sentido filosófico. Aún así ya son obsoletos en
pensamientos y propuestas. No podemos contar con ellos en los desafíos que
tenemos en adelante. Felizmente la movilidad social en las comunidades rurales
están resolviendo estas necesidades, porque depender de acciones ajenas fue lo
más pervertido y equivocado. No podemos depender de nadie, sino de nuestras
propias fuerzas. La generación de nuevos liderazgos es realmente una tarea
urgente a no descuidar, esta vez desde las acciones del Estado en construcción,
como debería haber sido siempre.
Las estructuras educativas como Universidades Indígenas, escuelas y
colegios en estos nuevos tiempos, tienen que tener el sello de generación de
nuevos liderazgos. Nuevas mentalidades urgentes, como sangre y sabia de los
tiempos que recorremos. Se tiene que construir escuelas de líderes, en las
provincias, comunidades y ciudades. No sólo es posible sino urgente. La muerte
lenta de las mentalidades eclesiales y no eclesiales de la república, nos
impide avanzar y ser más agresivos. Debemos acompañar con celeridad a los pasos
de las comunidades y naciones, que están corriendo más rápido que la
modernidad, ya obsoleta y arcaica de la colonia y república. Y eso es actitud,
actitud de las nuevas mentalidades post- capitalistas. Incluso en nuestros
ministerios tendríamos que tener escuelas de liderazgos con las nuevas
propuestas de Estado. Pues sí, cuanto más nos pongamos en campaña en este
crucial tema de los nuevos liderazgos, más consolidaremos y regaremos nuestras
raíces milenarias.
Este cambio de generaciones requiere de enormes complementos y esfuerzos
en la generación de nuevos líderes, que
superen a las mentalidades arcaicas y obsoletas de la modernidad eclesial.
Pintores, poetas, escritores, escultores, muralistas, científicos y matemáticos
de las nuevas propuestas del Estado en construcción. Lo holístico, lo cuántico,
lo plurinacional, lo multicultural en sentido real y económico. Aspectos
ausentes en las anteriores mentalidades de la república. Desafíos educativos
enormes, a la altura de lo que está aconteciendo con los movimientos tectónicos
de nuestra historia. Pacha: nuestro futuro es nuestro pasado.
La Paz, 11 de octubre de 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario