Max Murillo Mendoza.
La lectura de Zagalza sobre el Diseño Curricular, pone en cuestión las
complejidades y exámenes que los educadores deben pasar para concretizar sus
planes, programas y estrategias educativas, para conseguir sus fines últimos:
educar. Como dice el autor mencionado, no es suficiente con un listado de
intencionalidades ni buenas nociones de educación, hay que considerar varios
factores clave para lograr dichos fines educativos. En esta línea, la pregunta
más importante sigue siendo el termómetro clásico antes de definir estructuras
objetivas y didácticas del quehacer educativo: qué es educar? Por increíble que
parezca esta pregunta es también una paradoja, porque a pesar de los siglos en
cuestión sigue siendo tan actual como antes. Durante mucho tiempo, quizás
siglos, se entendió y comprendió que educar era transmitir conocimientos,
corrientes de enfoques alrededor de conocimientos. Esa transmisión definía la
calidad y los resultados en sí mismos, de hecho las clases altas de sociedades
ya estructuradas, como en Europa, dependía de esa transmisión de conocimientos
para el mantenimiento de su poder y linaje. Y durante muchos siglos esa
transmisión de conocimientos estaba previsto y aceptado que sólo era patrimonio
de las clases pudientes, altas, realezas y señoriales. Es decir para muy pocos.
A lo largo de los siglos, sobre todo después de la revolución francesa,
cambiaron los imaginarios de lo que era educar. Ese derecho antes restringido a
unas cuantas personas, se convertía en patrimonio de las mayorías. En una
espectativa realmente más democrática. Entonces cambiaron las percepciones de
lo educativo, los objetivos y las mismas preguntas al respecto. Nuevas
corrientes y concepciones sobre las sociedades, empujaron considerablemente a
cambiar las consideraciones sobre la educación. Ideologías, políticas,
pensamientos sociales más inclinados a la democratización de la información, se
impregnaron en las nuevas corrientes educativas, en las nuevas teorías sobre la
educación.
Temas técnicos operativos.-
Según Zabalza, M. Schiro analiza en los temas de enfoques y
contenidos, como los temas de modelos curriculares. Se sitúa en dos llamados
polos: por un lado centrado en las materias como los contenidos del
aprendizaje; y por el otro centrado en las subjetividades del alumno. El en
primer polo básicamente se concentra en las materias, en los contenidos o sea
en el Programa. Al mismo tiempo en este enfoque, se dividen en dos posiciones:
perennialistas y esencialistas. Considera el autor que estos elementos son
fundamentales en la construcción de la curricula.
En el otro enfoque centrado en el alumno o niño, es también espontaneista,
humanista. Surgió con cierta fuerza en los años 60 del anterior siglo, después
del famoso mayo del 68 francés y europeo. La importancia en este enfoque está
delineada por las intensas actividades, pero en el fondo de una cierta
tradición romántica. Probablemente por temas de resultados, muchos de los
países que adoptaron este enfoque ya lo abandonaron. Por ejemplo Italia. Los críticos
de este enfoque insisten en que no se puede avanzar sin objetivos claros, y
dejar más o menos al azar los contenidos en el proceso. Sobre todo dejar en
manos de los alumnos algunas decisiones importantes, o contenidos.
Existe también una línea de escuela crítica, que tiene mucho que ver
con aspectos de lo que se llama conciencia social. Autores como Makarenko, Freire
o la llamada escuela Barbiana, devienen de esta escuela. Makarenko respondió a
una realidad concreta después de la revolución rusa, y se propuso educar a
niños y jóvenes huérfanos, delincuentes y abandonados. Aspectos que están
descritos en la famosa obra Poema Pedagógico. Muchos de esos alumnos llegaron a
ser científicos, escritores, poetas, ingenieros, militares y educadores. Fue
una proeza importante, y ejemplo para muchas realidades del mundo. En Bolivia
se generó una copia a su manera con la experiencia Juan 23, de jesuitas, en la
ciudad de Cochabamba. De manera teórica el educador brasileño Paulo Freire,
sistematizó ideas importantes de esta escuela.
El autor nos ayuda didácticamente con el concepto de qué son los
contenidos: según Wulf y Schave los contenidos son las actividades de
aprendizaje entrelazadas entre sí. Pero es además un espacio de toma de
decisiones para todo el proceso de educación. En dicho proceso se debe seleccionar
las actividades, la preparación de la selección. Identificación de los temas
axiales (valores y visiones sobre los valores), para terminar con el proceso
experiencial. Hay unos criterios básicos que debemos considerar. Criterios de
representatividad, criterios de ejemplaridad. Luego viene la secuenciación.
La secuenciación es el ejercicio de ordenar los contenidos. En función
de ese orden tendremos como resultados cuantitativos o cualitativos, de
aprendizajes. Hay secuencias simples o lineales y secuencias complejas. Al
interior de dichas características hay subdivisiones que se tienen técnicamente
que considerar. El siguiente paso es la estructuración funcional, es decir el ensamblaje
general de los contenidos o como incorporarlos a la estructura del proceso
didáctico. Este paso es el arte de articular todos los mecanismos posibles,
para la secuencia de las actividades y sus conexiones con el todo. Con todo,
nos dice Zabalza, los temas emblemáticos de ciencia, objetividad, resultados
están regresando con fuerza y que vuelven a definir, de alguna manera, las
tendencias de los procesos educativos. Las tareas, como lo cotidiano, tienen la
importancia debida en estas tendencias de lo objetivo y los resultados
cuantitativos y cualitativos. En cierto sentido es el regreso a la educación
clásica; aunque con nuevos condimentos, más actualizados y con materiales
nuevos.
La educación como el instrumento más importante de todas las
sociedades, está estrictamente ligado a los valores, sean estos universales o
regionales. En los últimos años, los temas de valores están saliendo a flote
por todo el mundo, por la crisis mundial de identidad y precisamente de
valores. En países ricos y pobres los valores son constantes que ponen en jaque
a los sistemas educativos. El crecimiento de la delincuencia y las redes de
mafias por todo el mundo, y la participación cada vez más abrumadora de los
jóvenes, ponen en cuestión a los sistemas educativos. Y por esta urgencia y
emergencia, se debaten en todas las sociedades lo que tiene que hacer la
educación para frenar, mediante la educación en valores, la creciente
delincuencia en el mundo. Pero la crisis
mundial de valores, empuja también a cuestionar todo lo que conocemos
como tradición: familia, comunidad, escuela y sociedad. Hoy en muchas
sociedades avanzadas, la familia ya no es el núcleo más importante, porque
otras maneras de ver han surgido con fuerza: homosexualidad y lesbianismo.
Otras maneras de organización social y de comunidad. Definitivamente está en
cuestión todo lo que fue tradicional y normal. Entonces, todavía más los temas
de valores tienen vigencia de urgencia. Es urgente encontrar, o volver a
encontrar, los caminos educativos y encuentros pedagógicos entre la enseñanza de
los valores y los sistemas educativos. El Dr. Aranda plantea en su texto los
desafíos complejos, y los posibles caminos que se deben tomar, los riesgos son
los que han estado en todos los tiempos, y en todas las mentalidades de todos
los tiempos.
Todos los tiempos han sido complejos. En estos tiempos que vivimos no
debería extrañarnos que nuestros desafíos, en cierta manera, son los mismos de todos los tiempos. Y los
sistemas de valores seguirán siendo la columna vertebral, para que las
sociedades sigan soñando.
La Paz, octubre de 2014.