Max Murillo Mendoza.
Introducción.-
El texto reflexiona sobre las enormes complejidades de los
acontecimientos modernos, mundiales y globalizados. Y que en esos
acontecimientos, las universidades no están dando respuestas adecuadas a las
exigencias de nuestras sociedades. A diferencia de los momentos de mediados del
siglo XX, donde lo normal eran lo fenómenos predecibles, hoy todos los fenómenos
del quehacer humano prácticamente son impredecibles. Y los lenguajes también se
han complejizado y casi sofisticado. Dice Morín al respecto: “el pensamiento
complejo, que está en la esencia de la interdisciplinariedad, mantiene una
tensión permanente entre la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no
reduccionista y el conocimiento de lo inacabado e incompleto de todo
conocimiento”.
La UNESCO se adscribe a las exigencias que tiene que tener un sistema
educativo universitario: competente, abierto, crítico y de aporte substancial a
las demandas de nuestras sociedades. Además de estar a la altura de los retos
de las sociedades de la información, que son economías de avanzada y muy
competitivas. Así la universidad venezolana, requiere ponerse al día y
adaptarse a las nuevas tecnologías, metodologías modernas educativas e
instrumentos modernos de pensamiento y reflexión.
Inter y transdisciplinariedad en el contexto universitario.-
La fragmentación del saber es una preocupación, puesto que las complejidades
de los fenómenos sociales, económicos, científicos, etc, requieren de
soluciones interconectadas entre varios puntos de vista. La fragmentación del
conocimiento ha llevado a un reduccionismo precario y poco objetivo de las
ciencias. En realidad la inter y transdisciplinariedad, son posturas
epistemológicas para resolver la parcelación de las ciencias. Fernández (2.003)
plantea que los enfoques interdisciplinares conjugan metodologías y lenguajes
de varias disciplinas para examinar o resolver un problema. Entre otros
autores, coinciden que estas metodologías exigen coordinaciones más cercanas en
las ciencias, en el proceso de las ciencias. Sin embargo, no es una panacea de
por sí, si no una manera de abordar las nuevas visiones de las ciencias, teniendo
también dificultades en sus procedimientos. Por ejemplo las visiones holísticas
como enfoque de las ciencias, no están muy claras en sus referentes
conceptuales, porque las generalizaciones pueden encerrar también discursos
ideológicos que encubren problemas más profundos.
Pero en los ámbitos académicos y científicos los problemas de este
enfoque son profundos, desde las mismas disciplinas que definen sus propios
campos, áreas y espacios. A pesar de estos inconvenientes prácticos, es
necesario superar la hiper especialidad
y fragmentación del conocimiento. Y a nivel de las investigaciones, los centros
académicos deberían forzar en los financiamientos a los enfoques que ayuden a
coordinaciones objetivas, entre las ciencias y sus componentes.
Tecnologías de la Información y la Comunicación, Educación y
Currículo.-
El impacto de las TICs en todos los aspectos de la vida humana es
fundamental. Pero sobre todo el impacto sobre los sistemas educativos, es
definitivamente un proceso que está modificando totalmente los conceptos de
educación y manejo de información. No podemos entonces no tomar en cuenta este
fenómeno, que se ha convertido en el más fundamental de lo que se llama
modernidad. Los cambios son ahora realmente trascendentales, porque todo lo que
era normal o visible se ha convertido en virtual, es decir en intangible,
invisible pero mucho más veloz e impactante en la vida de cualquier humano del
mundo. Para este tipo de nuevas economías y nuevas formas sociales de
convivencia, se requiere en concreto nuevos tipos de humanos. Con
características de redes y enfoques abiertos y flexibles. Las exigencias de los
currículos tienen que responder a estas nuevas realidades: abiertas, flexibles
y cambiantes como versátiles.
Las universidades no tienen más remedio que convertirse en
instrumentos de estos cambios. La velocidad de estos acontecimientos están
traspasando toda posibilidad de reflexión, como lo que haríamos en el anterior
siglo: lento y con pocos cambios. Hoy las velocidades a las que nos movemos,
gracias a la información y la comunicación, nos obligan a ser más veloces y
eficientes en todos los ámbitos de las ciencias. En ese sentido, las propuestas
curriculares deben dirigirse en resolver esas demandas de nuevas tecnologías, y
nuevos enfoques de los procesos educativos: creación de conocimientos y
alternativas de pensamientos virtuales. Los llamados bancos de datos, han
transformado totalmente las nociones de bibliotecas o depositarios de
información que teníamos. Esas posibilidades nos han facilitado en las muchas
maneras de entender el trabajo de investigación, el trabajo de oficina e
institucional. Las distancias ya no son problemas, sino sólo obstáculos que
pueden ser resueltos por las nuevas tecnologías. El rol del docente cambia
considerablemente, porque tiene que resolver las profundas contradicciones que
producen estas tecnologías. El docente debe ser mucho más exigente consigo
mismo, porque la inmensa cantidad de información disponible para los alumnos,
tiene que ser canalizada de manera más creativa y productiva por parte del
docente.
Las universidades tienen que ponerse al día en estas exigencias. No
hay salida posible si no se adaptan a las nuevas tecnologías, sus enfoques y
metodologías. Sin esos requerimientos, las sociedades civiles estarían
condenadas a la sobrevivencia y a métodos realmente anticuados para resolver
sus problemas.
Diseño Curricular por Competencias.-
Los abrumadores cambios que nuestras sociedades están sufriendo, por
el empuje de las nuevas fuerzas motrices del mercado, de las nuevas tecnologías
y formas organizativas del trabajo, de la ciencia y la economía, están dejando
atrás totalmente obsoletas todas las organizaciones y formas sociales
conocidas. La globalización está modificando agresivamente los modelos
laborales, los modelos económicos conocidos. Ahora se definen como sociedades
del conocimiento y de la tecnología de punta, quiénes están asumiendo como
parte de sus organizaciones sociales. Las universidades venezolanas tienen que
cambiar sus desafíos, y otorgar mayores competencias en investigaciones de alto
valor agregado, es decir de alto contenido científico y tecnológico. Esos
referentes ya no son un lujo, sino unas necesidades cada vez más urgentes. La
brecha que se abre entre los países que tienen altos niveles tecnológicos, son
precisamente los países que mejores nichos económicos tienen para sus
poblaciones. Y abrir oportunidades de trabajo, de bienestar social y económico
para las nuevas generaciones, es nomás invertir en nuevos currículos que
permitan un tipo de educación con las nuevas tecnologías y corrientes que se
respiran, sobre todo en el norte de este mundo.
Probablemente el enfoque por competencias sea lo más adecuado a las
realidades de las universidades venezolanas. Las exigencias en estos tiempos
donde las competencias tienen que ser cada vez más exigentes, hacen atractivo
este tipo de enfoque, para unas realidades que todavía faltan por valorarse a
sí mismas. Las competencias no son más que conocimientos, habilidades,
disposiciones, conductas y compromisos, bajo unos paraguas integrales en la
formación del ser humano.
Los procedimientos para construir un currículo por competencias, no
varían en esencia porque se conjugan las mismas necesidades: el sueño de crear
un hombre que aporte a su sociedad, el perfil del educando, y lo integral
respecto de las condiciones humanas para reaccionar ante cualquier
contingencia, que la realidad requiera. Ahí se hace énfasis en el perfil del
graduado, que tiene que tener todos los condimentos e insumos posibles, para
articular y responder a la altura de las exigencias sociales, materiales,
económicas y políticas. Tener presente las distintas realidades que presenta un
país como Venezuela, y a la hora de las construcciones del currículo esta
valoración será muy importante. Después viene los planes de estudios, que
pueden ser por módulos, por proyectos integradores, por nodos problemáticos e
incluso entre la unión de proyectos y módulos. Dependiendo de la creatividad y
las exigencias que la realidad impone. A modo de conclusiones, los programas en
formación basados en competencias deben pretender:
-Enfocar la actuación del estudiante en la integración de los saberes.
-Mejorar la relevancia de los que se aprende.
-Evitar la fragmentación tradicional de programas academicistas.
-Facilitar la integración de saberes aplicables en distintas
situaciones de la vida real.
-Generar aprendizajes aplicables a situaciones complejas.
-Favorecer la autonomía de los aprendizajes en los estudiantes.
-Transformar el papel del docente hacia una concepción de mediador de
experiencias de aprendizajes.
Procesos de aprendizajes.-
Las exigencias y condiciones en este enfoque conllevan una educación
crítica, reflexiva, y con espíritu crítico para desarrollar competencias. El
proceso tiene que estar centrado en aprendizajes, más que en enseñanzas. Las
estrategias de aprendizajes son en realidad procedimientos de resoluciones de
problemas. El docente es clave porque y es mediador, facilitador, y evaluador
del proceso. Precisamente la evaluación es un proceso continuo de
retroalimentación. Las diagnósticas, las del proceso y las sumativas, son las
más requeridas en estos complejos procesos de evaluación. Y los créditos
académicos, son para alentar al estudiante en el avance. Aunque no miden el
rendimiento ni la calidad del rendimiento. Los créditos requieren unas
exigencias mínimas que cumplir, para seguir el proceso. Y ayuda enormemente en
controlar los procedimientos de los avances curriculares.
Duración de las carreras universitarias.-
Las discusiones se han acentuado al calor de los cambios que se están
produciendo en todo el mundo. Los organismos internacionales como la UNESCO,
han advertido que se deben adecuar a unos estándares promedio que le permita al
sistema venezolano, ser más competitivo. Estos estándares son: la pertinencia,
la calidad y la internacionalización. En la pertinencia se sugiere que deben
subir sus niveles de exigencia, porque sólo eso mantendrá unos niveles óptimos
para la generación de altos perfiles profesionales. La calidad es por supuesto
una exigencia sinequanom de cualquier sistema. La internacionalización es
también una condición mínima, porque las redes de información científica que
hay a lo largo del mundo, exigen pasos básicos y estándares mínimos de
competencia. Los intercambios de estudiantes, las redes y las investigaciones
de alto valor agregado, suponen ahora una internacionalización que será cada
vez más normal. Las universidades venezolanas tienen que cumplir con esos
requisitos mundiales, de exigencias y competencias mundiales. Cada vez más los
conceptos de adaptabilidad, de versatilidad y de velocidades de crucero, son
elementos recurrentes en los centros de altos estudios como las universidades.
El mundo cambiante, es muy movible y ágil. No se detiene un instante y muchas
de las veces no tenemos tiempo para reaccionar. Entonces, los egresados de las
universidades tienen que estar muy bien informados y educados para esos nuevos
conceptos y ambientes de las sociedades del futuro. Sociedades con alta
tecnología de punta y siempre en constantes cambios, en imprevisibles cambios.
En España la duración de una carrera universitaria es de 180 créditos,
o tres años. Y 240 créditos o cuatro años. En los Estados Unidos son cuatro
años. En Europa se intentan variables como el Tuning, para coordinar diferentes
desafíos por competencias, que en los ambientes europeos competitivos, son
necesarios coordinar niveles de investigación de campo y de aula; pero sin perder
de vista los objetivos últimos de los mercados laborales.
Responsabilidad universitaria y currículo.-
La globalización ha provocado grandes cambios en las sociedades del
mundo. Los vientos tecnológicos y de información están conduciendo a la
humanidad a una nueva era, a una nueva sociedad. Las universidades tendrán más
responsabilidades sociales que antes, porque los elementos de gestión tienen
mucho que ver desde las redes del Estado, hasta las últimas comunidades del
país. Esos impactos económicos y sociales, tienen mucho que ver con los
resultados de las universidades, que son las que manejan, o deberían,
información y educación superior, que después se vacía al conjunto de la
sociedad. Las universidades seguirán creando los profesionales que las
sociedades requieren, eso no ha cambiado y no cambiará en muchos años más. Esa
responsabilidad es inherente a las casas superiores de estudios. Los docentes
deben ser capacitados en los aprendizajes basados en proyectos: la llamada
extensión universitaria tiene más sentido que nunca, cuando se toma consciencia
de esa responsabilidad. Las investigaciones tienen que ser dirigidas al
desarrollo. Las universidades tienen todavía mucho qué ofrecer, que marcar ruta
y educar a las futuras generaciones. Seguirán siendo el alma mater de las
posteriores nuevas sociedades, y en ese sentido una de las instituciones más
importantes en todas las sociedades.
CONCLUSIONES.-
El caso de Venezuela nos muestra con toda claridad, con meridiana
claridad, que las universidades en general tienen nomas que adaptarse y mejor
cambiar de patrones en sus funcionamientos. La velocidad de los cambios mundiales,
no sólo por los fenómenos económicos como la globalización, sino y sobre todo
por el empuje de las nuevas tecnologías, que están modificando y cambiando
absolutamente todos los procedimientos y los comportamientos de nuestras
sociedades. No sólo en los comportamientos sino en las maneras cómo las nuevas
industrias, las nuevas fábricas y procesos de gestión están cambiando por las
demandas cada vez más sofisticadas. Los retos indudablemente son enormes.
Porque cambiar las estructuras del siglo XX: lentas, sin altas exigencias, sin
competitividad industrial ni valores agregados de alto nivel, sin las
estructuras necesarias para modificar los currículos y lamentablemente
demasiado politizados. Estas estructuras de las universidades latinoamericanas,
son un freno en seco a posibles cambios. Sin embargo, tomar consciencia de
dichas dificultades ya es un enorme paso. En este documento de alguna manera
los venezolanos toman consciencia de que tienen que cambiar, o al menos
modificarse a los acontecimientos mundiales de primer orden.
Por otro lado, las universidades seguirán siendo las fuentes más
importantes de generación de recursos humanos cualificados. A pesar de sus
dificultades y sus contratiempos, seguirán siendo el alma mater de nuestras sociedades.
Los Estados y la sociedad civil, tienen ahí a las universidades como a sus
instituciones donde pueden influir, actuar y recomendar en sus objetivos y sus
prácticas en servicio de las demandas sociales. Responsabilidades también cada
vez más comprometidas, cada vez más exigidas por los Estados y las sociedades.
Y los modelos por competencias pueden ayudar a resolver y profundizar, esa
búsqueda para mejorar estas instancias y recuperarlas como instrumentos de
investigación, de desarrollo económico y social, de instrumentos y mecanismos sociales, que permitan hacer de
las universidades latinoamericanas realmente instituciones de manejo de
información, de manejo de ciencia y tecnología, de manejo de instrumentos que
nos ayuden a salir del estancamiento e inercia, en la que en general nos
encontramos.
La Paz, diciembre de 2014.
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