Max Murillo Mendoza.
Introducción.-
El sistema escolar de España, actualizó en este año 2.014 sus sistemas
de indicadores. Trabajo que viene realizando desde el año 2.000. Diversas
entidades encargadas de monitorear la calidad educativa de España, vienen
cruzando información para su evaluación respectiva de los indicadores. Los
mapas de indicadores utilizados en esta evaluación y monitoreo son de los años
2.010, 2011, 2.012, 2.013 y 2.014. Lo
interesante es el cruce de información con entidades también extranjeras, o
monitoreos extranjeros como los de PISA que son mundialmente famosos por sus
exámenes a nivel internacional.
Escolarización y población.-
Las tasas de escolaridad de España corresponden al de un país
desarrollado. Si bien va disminuyendo la escolaridad a medida que las edades avanzan,
en el sector escolar la tasa de inscritos supera el 95%. Prácticamente todos
los niños que corresponden a la edad de matriculación, asisten a clases.
Castilla, León Galicia y el País Vasco, superan con creces las tasas de
escolaridad en España. Gran parte del alumnado están escolarizados en el sector
público, o estatal, porque las condiciones son óptimas desde el punto de vista
de un país con Estado del bienestar, es decir de favorecer a sus poblaciones y
brindar una cobertura educativa de calidad, y como oportunidades de calidad.
Como promedio los alumnos en España cursan 18 años hasta el bachillerato, que
es un estándar normal y compatible con la mayoría de los países europeos y
asiáticos.
Educación superior.-
España pertenece a la Comunidad Económica Europea, y sus estándares
educativos siempre están siendo mejorados a la altura de los países más
competitivos de ese bloque, como son Alemania, Inglaterra, Francia, Bélgica e
Italia. Países altamente competitivos y en varios de los casos con altísimos
estándares educativos. Por tanto, España es una referencia de entrada desde el
punto de vista educativo en Europa. Llama la atención que en los niveles de
educación superior, las tasas de escolaridad de las mujeres supera al de los
hombres. En general 13% más son mujeres en las universidades españolas. Las
tasas de escolaridad en los niveles superiores, entre las edades 18 y 24 años,
llegan al 80% de la población, situándose España como uno de los países con más
altos porcentajes de población juvenil en las universidades.
La formación profesional.-
En España la formación secundaria toma mucho interés por las altas
exigencias del mercado laboral, que se expande y cambia aceleradamente hacia
las tecnologías de punta. Los alumnos tienen que estar cada vez más entrenados
y preparados para ese mundo laboral cambiante y exigente a la vez. El 64% de
los alumnos matriculados en básico termina el bachillerato, es también una
cifra alta en el concierto europeo. Después están los desafíos de la educación
universitaria. El 23% de los cursantes se gradúan en España. En algunas
regiones o comunidades autonómicas, las cifras son más altas que en otras.
Existen programas de educación permanente, que atiende a poblaciones más allá
de las poblaciones escolarizadas, básicas y superiores.
Gasto total en Educación.-
En relación al PIB, España destina enormes cantidades de recursos a
educación. En el año 2.011 fue el 4.01% del PIB, es decir más de 50 mil
millones de euros. Todavía debajo de los países del mercado común europeo. Por
cada alumno matriculado España destina 6.273 euros. En educación superior la
cifra aumenta hasta 9.000 euros por alumno.
Indicadores de resultados educativos.-
El estudio internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias
(TIMSS), desarrollada por la Asociación Internacional para la Evaluación del
Rendimiento Educativo (IEA). Estas entidades hicieron mediciones en estos años
en áreas de ciencias y matemáticas, con los resultados no muy alentadores. En
general en matemáticas los niños españoles no tienen buenos resultados. En los
resultados de la capacidad lectora, realizada por el PISA (Programa para la
Evaluación Internacional de los Alumnos), a jóvenes de 15 años, con resultados parecidos al de las
matemáticas. Los porcentajes de aprobación son bajos respecto de los demás
países europeos. Resultados que por cierto ayudan a los planificadores y
estrategas a considerar los programas y los currículos educativos en España. A
lo largo de estos años se sigue discutiendo la pertinencia de los currículos
educativos, que estén cada vez más en consonancia de los estándares alto de
Europa.
Abandono temprano de la educación y de la formación.-
España todavía es uno de los países en Europa con altas tasas de
abandono escolar. La tasa media en Europa es del 10%. En el caso de España
supera los 24% de abandono escolar. Estos temas de abandono están estrechamente
ligados al factor económico. Los padres de menores ingresos económicos,
desgraciadamente condenan a sus hijos al abandono escolar.
Tasa bruta de graduación.-
El 75% de los matriculados escolares culmina sus estudios de la
secundaria.
Tasa de graduación en estudios superiores.-
España es uno de los países con más altos porcentajes de graduados, en
las edades de 30 a 34 años. Europa se puso como meta para los años 2.040, que
sus poblaciones entre las edades de 30 a 34 años, sean graduados en un 40%.
Cifra ya alcanzada por España.
Entre la población adulta, 25 a 65 años, el 15% tiene educación
primaria; el 27% educación secundaria y un 33% educación superior.
CONCLUSIONES.-
España es uno de los países llamados en desarrollo en Europa, junto a
Grecia, Irlanda, Bulgaria e Italia. No está todavía considerado como un país
altamente desarrollado (Alemania, Francia, Inglaterra). Sus avances son
considerables e importantes después de ingresar al Mercado Común Europeo en
1.986. Tenía que ponerse al día en muchos desafíos, por las condiciones
exigentes de los países desarrollados de Europa. Uno de esos desafíos sin duda
fue la Educación. España pasó de ser un país subdesarrollado hasta finales de
los 70 del anterior siglo, a ser un país en vías de desarrollo y posteriormente
considerado ya un país desarrollado a finales de los años 80. Sin embargo, aún
no está en los estándares de los países
más desarrollados de Europa. Sus dificultades son inmensas. En estos años de
crisis sistémica, España tiene un 26% de paro laboral y sus desigualdades se
han profundizado. Los fantasmas de la migración y el desempleo juvenil son
pesadillas que no le dejan despegar, económicamente. Y por supuesto que los
diseñadores y estrategas de sus sistemas educativos tienen que estar muy
preocupados. De hecho, estos datos analizados en este texto, ya son pasados.
Probablemente las cifras de abandono escolar, de matriculados y egresados ahora
sea menos.
A pesar de contar con muchas ventajas por ser parte de Europa, España
tiene enormes dificultades frente a los países más exigentes y fuertes
industrialmente. Los caminos que le quedan no son tan distintos a los nuestros:
tienen que acomodarse y adaptarse a las exigencias (altas exigencias) de las
economías actuales de vanguardia, porque no tienen alternativas de
sobrevivencia. Fuera de esos mercados, realmente no hay alternativas posibles
de sobrevivencia. En esa línea seguro que sus planificadores educativos, están
ya pensando en los modelos a adaptar, a ensayar y ejecutar para un despegue y
mejora de sus condiciones estructurales. Para mí personalmente, es una muestra
de que a los países en vías de desarrollo, por ahora, no nos queda más
alternativas que ponernos las pilas y al menos sobrevivir dignamente, en un
mundo realmente cada vez más competitivo, más exigente y que no perdona a
quiénes no han hecho los papeles como deberían ser. Más allá de las ideologías,
más allá de las conquistas sociales que todos los pueblos tienen derecho, están
los procesos estructurales industriales, económicos, científicos y educativos
que tienen sus propios ritmos, sus propios mecanismos de avance, muchas veces
al margen de los fenómenos sociales.